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La Malla ACMA galvanizada es un producto esencial en la construcción, reconocido por su resistencia superior y su doble función: estructural y de protección. El término "ACMA" se refiere a un tipo específico de malla electrosoldada fabricada con barras de acero de alta resistencia que se cruzan en ángulos rectos, formando una cuadrícula uniforme y sólida, típicamente usada como refuerzo estructural dentro del concreto. Por su parte, la especificación "galvanizada" indica que el acero ha sido recubierto con una capa de zinc mediante un proceso de inmersión en caliente, lo que le confiere una alta resistencia a la oxidación y a la corrosión generada por la humedad y la intemperie.
Aunque la Malla ACMA clásica está diseñada principalmente para el refuerzo del hormigón, la variedad galvanizada en Sodimac se amplía a usos que requieren durabilidad en ambientes exteriores o húmedos. En su función estructural, la malla ACMA es indispensable para radieres, losas de hormigón (incluyendo sobrelosas y pisos de viviendas), y muros estructurales o paneles, donde su alta adherencia al hormigón y sus uniones electrosoldadas previenen la dilatación, contracción y fisuración del cemento, distribuyendo las cargas de manera eficiente y aumentando la resistencia sísmica de la obra.
La combinación de la rigidez de la malla electrosoldada y la protección del galvanizado la hace ideal también para diversos proyectos de cerramiento. Se utiliza en la confección de cercos perimetrales duraderos, jaulas, corrales y la protección de ventanas y maquinarias, ya que su acabado de zinc le permite soportar las inclemencias del tiempo sin deteriorarse rápidamente. En el ámbito doméstico y de jardinería, las mallas electrosoldadas galvanizadas con cuadrículas más pequeñas son empleadas para protección de huertos, como cribas o harneros, o en la construcción de muebles y repisas metálicas que necesitan una alta resistencia a la corrosión.
Optar por la malla electrosoldada, como la ACMA, trae consigo varias ventajas en obra: ofrece una máxima certeza en la sección de acero utilizada, reduce el tiempo de instalación y la mano de obra, y asegura una unión fuerte y uniforme en cada cruce de alambre. Al ser galvanizada, esta durabilidad se extiende significativamente, minimizando la necesidad de mantenimiento o reemplazo por daños causados por el óxido a lo largo del tiempo. Las mallas se comercializan en diferentes formatos, con variaciones en el diámetro del alambre y el tamaño de la cuadrícula, para adaptarse a las necesidades específicas de resistencia y el tipo de tránsito o carga que soportará la estructura.