Cuidados imprescindibles para el jardín de sus clientes en invierno

Es esencial ajustar el riego del jardín para que este se adapte a las necesidades cambiantes de las plantas. A medida que las temperaturas disminuyen, la frecuencia de riego debe reducirse, ya que las plantas requieren menos agua en esta época del año. Sin embargo, es importante asegurarse de que las plantas no se sequen por completo.
Mantenga un control regular de la humedad del suelo para determinar cuándo es necesario regar. Si el suelo está seco a una pulgada de profundidad, es momento de regar. Es preferible realizar el riego durante las horas más cálidas del día, cuando las temperaturas son ligeramente más altas, lo que permite que las plantas absorban el agua de manera más efectiva.
Recuerde evitar el exceso de riego, ya que esto puede llevar a problemas como el encharcamiento y la pudrición de las raíces. Un riego adecuado en invierno ayudará a mantener las plantas saludables y evitará que se deshidraten, permitiéndoles sobrevivir hasta la primavera con éxito.

El invierno brinda una excelente oportunidad para eliminar las malas hierbas de los jardines, ya que su crecimiento es más lento durante estos meses fríos. Inspeccione minuciosamente las áreas del jardín y arranque las malas hierbas de raíz para evitar que se propaguen en la primavera.
Después de eliminar las malas hierbas, es recomendable aplicar una capa de mantillo o acolchado en las áreas propensas a su aparición. El mantillo actúa como una barrera protectora, impidiendo que las semillas de malas hierbas reciban luz y se desarrollen. Además, el mantillo ayuda a retener la humedad del suelo y a mantener una temperatura más constante, beneficiando a las plantas deseables.
Recuerde que el control de malas hierbas es un proceso continuo y es posible que necesite repetir estas medidas en diferentes momentos del invierno.

Durante los meses de invierno, el césped experimenta un período de dormancia y requiere un mantenimiento específico. Se recomienda reducir la frecuencia de corte ya que su crecimiento es más lento, además es ideal mantenerlo un poco más alto de lo habitual, esto proporcionará una capa de protección adicional a las raíces contra las bajas temperaturas y posibles daños por heladas.
Es fundamental evitar caminar sobre el césped cuando esté helado o cubierto de hielo, ya que la presión ejercida puede dañar las delicadas hojas y las raíces. Además, la humedad presente en el césped congelado puede hacerlo más susceptible a daños.

Cuando se pronostican heladas fuertes, es crucial tomar medidas para proteger las plantas del frío extremo. Una opción efectiva es cubrirlas con plástico o lonas antes de la llegada de la helada. Esto actuará como una barrera aislante, reteniendo el calor del suelo y protegiendo las plantas del frío intenso. Al cubrir las plantas, asegúrese de que el material llegue hasta el suelo para crear un ambiente más cálido, procure además fijar bien las cubiertas para que no se muevan con el viento.
Es importante recordar retirar las cubiertas durante el día, cuando las temperaturas aumenten, para permitir que las plantas reciban luz solar y una adecuada ventilación. El acceso a la luz solar es esencial para la fotosíntesis y el crecimiento saludable de las plantas.
Recuerde que la protección contra las heladas es especialmente necesaria para las plantas más sensibles.